La Larga Lucha de Julieta Prandi por Justicia
La jornada del miércoles marcó un hito significativo en la vida de Julieta Prandi, quien, tras años de sufrimiento y batallas judiciales, finalmente vio justicia con la condena de su exmarido, Claudio Contardi. El Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de Zárate-Campana dictó una pena de 19 años de prisión efectiva e inmediata, tras considerar culpable a Contardi de los abusos que Julieta había denunciado durante su relación. La noticia resonó intensamente, no solo en el ambiente del tribunal, sino en la sociedad en su conjunto, reflejando la importancia de escuchar y apoyar a las víctimas de violencia de género. Julieta, con una voz quebrada pero llena de determinación, expresó su gratitud hacia quienes la habían acompañado en este camino, subrayando que este fallo no solo representaba su lucha personal, sino un cambio necesario en la perspectiva social sobre la violencia.
En medio de la conmoción, Julieta compartió cómo sus hijos están enfrentando esta dura realidad. Con un tono que destilaba la angustia y el amor de madre, comentó que el proceso había generado una crisis en la familia, en especial en su hijo mayor, quien está comenzando a comprender la gravedad de los hechos. Esta mezcla de emoción y dolor revela la complejidad de la situación familiar, donde la búsqueda de justicia se entrelaza con el deseo de brindar un ambiente seguro y estable para los niños. Julieta hizo hincapié en la necesidad de cambiar las condiciones para las víctimas, destacando que muchas veces, la desesperación puede llevar a deserciones o, en el peor de los casos, a tragedias como los femicidios, un tema que ha cobrado amplia relevancia en Argentina.
Con firmeza, Julieta declaró que este acontecimiento debía servir como un precedente, enfatizando que el proceso judicial debería ser menos doloroso y más humano para quienes se atreven a denunciar. A pesar de las adversidades, la actriz se mostró resiliente y comprometida con su carrera, asegurando que nunca descuidó su actividad profesional, incluso en los momentos más oscuros. Su mensaje final estuvo colmado de esperanza para otras víctimas, instando a mantener la fe en el sistema judicial. Sobre su exmarido, sus palabras fueron contundentes: expresó su desprecio y describió la falta de arrepentimiento que percibió en él. La jornada culmina con el deseo de reconstrucción y la voluntad de abrazar de nuevo a sus hijos, en un renovado camino hacia la felicidad y la paz familiar.
