La emotiva actuación de Gustavo Rosales en La Voz Argentina
La emoción se hizo palpable en La Voz Argentina cuando Gustavo Rosales, un talentoso cantante con profundas raíces folclóricas, cautivó al público y al jurado con su interpretación de “Como flor del campo”. Originario de Tucumán y actualmente radicado en Córdoba, Rosales presentó una versión cargada de sentimiento que no solo reveló su amor por el folclore, sino también su dedicación a la música como autodidacta. Desde los primeros acordes, los coaches se voltearon, pero fue Soledad Pastorutti quien, visiblemente emocionada, reconoció la conexión mágica que se creó en el escenario. Al finalizar su interpretación, Pastorutti expresó que fue un momento raro y bello, donde se encontraron la perfección vocal y la emotividad.
El trasfondo personal de Gustavo Rosales añade un matiz enriquecedor a su actuación. A sus 51 años, recuerda con cariño sus raíces y el impulso de su madre por mudarse a Córdoba en busca de un futuro mejor. Asistido por su familia, quienes viajaron desde Tucumán para apoyarlo, Rosales compartió su historia de amor por la música que nació en los actos escolares de su infancia. Su hija, Agostina, también exconcursante del programa, destacó la influencia que su padre ha tenido en su vida, describiéndolo como el verdadero regalo de la música y la capacidad de expresar sus sentimientos. Este vínculo familiar y su compromiso con el folclore son los pilares de su vida artística.
La elección de Soledad Pastorutti como coach fue un momento emotivo que enriqueció aún más la escena. Rosales recordó un recuerdo significativo: su primera experiencia con Soledad en un escenario, donde la vio llenar de vida un espectáculo al “revolear el poncho”. Esa anécdota fue el motivo que lo llevó a elegirla, convirtiendo la elección en un acto simbólico. Pastorutti, completamente conmovida, no escatimó en elogios y le dio la bienvenida a su equipo con amor y cálidez. Este intercambio resonó con los espectadores, pues es raro ver en un reality musical una conexión tan auténtica y humana, llevándolos a reflexionar sobre la verdadera esencia de la música y la competencia.