El reciente dato de inflación de agosto, que cerró en un 1,9%, trae consigo importantes cambios para los jubilados, pensionados y beneficiarios de la ANSES. Este aumento se hará efectivo en octubre y se enmarca dentro de la fórmula de movilidad establecida por el DNU 274/24, la cual está diseñada para adaptarse a la evolución mensual de los precios. Así, se busca mitigar el impacto del costo de vida en los sectores más vulnerables de la población, asegurando que sus ingresos mantengan un poder adquisitivo razonable en un contexto económico desafiante.
Las cifras son reveladoras y reflejan cómo este ajuste afecta los haberes de los beneficiarios. A partir de octubre, el haber mínimo será de $326.362,44, sin incluir el bono adicional de $70.000 que el Gobierno ya anunció. Por su parte, la jubilación máxima alcanzará los $2.196.110,25, mientras que la Pensión Universal de Adultos Mayores (PUAM) subirá a $261.089,91. Las Pensiones no Contributivas (PNC) también experimentarán un ajuste, situándose en $228.453,71, y la Prestación Básica Universal (PBU) ascenderá a $149.295,92. Estos incrementos son una respuesta directa al movimiento de precios y al costo de vida actual, y buscan brindar un alivio financiero a quienes los perciben.
Además de las jubilaciones y pensiones, otras prestaciones que dependen de la ANSES también recibirán ajustes significativos. La Asignación Universal por Hijo (AUH), junto con la Asignación por Embarazo Para Protección Social (AUE), aumentarán a $117.274,67 en octubre. En cuanto a la Asignación por Hijo (salario familiar) del sistema SUAF, el primer escalón de ingresos verá un incremento hasta llegar a $58.642,43. Estos cambios son fundamentales para brindar apoyo económico a familias en situación de vulnerabilidad, asegurando que cuenten con recursos suficientes para enfrentar gastos básicos, mientras la inflación sigue siendo una preocupación constante en la economía argentina.
