Lollapalooza Chicago: El esplendor del primer día con Gracie Abrams
En el corazón de Chicago, donde los rascacielos se alzan majestuosamente y los trenes atraviesan el cielo como si fueran parte de un guion cinematográfico, comenzó la esperada edición de Lollapalooza. Miles de jóvenes se reunieron en el emblemático Grant Park, listos para disfrutar de un día lleno de música, arte y emociones. Desde temprano, la digitalidad hizo su magia: sombreros de cowboys, botas y tops de colores invadieron la Avenida Michigan, donde los asistentes se lanzaban a la aventura de recorrer las 129 hectáreas del festival. Las primeras actuaciones, con artistas como Jade Lemac y Durand Bernarr, comenzaron a tejer la atmósfera perfecta para lo que se venía. La calidez del verano estadounidense era palpable, pero el verdadero calor del evento estalló cuando Role Model conquistó el escenario Tito’s con su sonido fresco y emocionante, atrayendo miradas por la presencia inesperada de Natalie Portman disfrutando de su música.
A medida que avanzaba la tarde, Magdalena Bay acaparó la atención en el escenario Lakeshore con su mezcla de synth-pop y rock progresivo, destacando la herencia argentina de Mica Tenenbaum. Su energía cautivó al público, mientras ofrecía un despliegue de vestuarios que variaban de fascinantes a angelicales, culminando en un vestido celeste con alas que hizo delirar a sus seguidores. Con su álbum Imaginal Disk, el dúo reafirmó su lugar en la música actual, dedicándose a explorar sus raíces y las influencias que definieron su estilo. Después, Gracie Abrams se adueñó del escenario T-Mobile en un atardecer mágico. La hija de J.J. Abrams logró conectar instantáneamente con el público, uniendo generaciones con su emotivo repertorio que incluyó éxitos como “That’s So True”. Sus seguidores, desde las más pequeñas hasta las adolescentes, se dejaron llevar por su magnetismo y por la esperanza de inmortalizar esos momentos a través de sus celulares.
Con la caída del sol, la atmósfera se volvió aún más vibrante. La banda australiano-royel Otis completó el escenario Lakeshore mientras los anunciadores anticipaban la llegada de Luke Combs en el Bud Light. Con un sonido country que resonaba en todo el parque, el público disfrutó de un set de acordes memorables. Finalmente, la culminación del día se dio con Tyler, the Creator. Su actuación, esperada con ansias tras la cancelación de su show el año anterior, fue un festín audiovisual. Desde el inicio, el público quedó hipnotizado por su enérgico desfile de clásicos y novedades, donde resaltó las influencias de su reciente trabajo Don’t Tap The Glass. Con un estilo que se entrelaza entre el rap y el R&B, Tyler destacó no solo por su habilidad lírica, sino por su conexión genuina con la audiencia. La combinación de sonidos audaces y letras introspectivas marcó el cierre perfecto para un día que prometía ser memorable.
