Raúl Lavié: Una Vida Entrelazada con la Música
Raúl Lavié, conocido cariñosamente como “El Negro”, está a punto de celebrar sus 88 años y una trayectoria artística de 74 años en el mundo del espectáculo argentino. Este próximo 29 de agosto, el Teatro Broadway será el escenario donde Lavié se presentará ante su público en un espectáculo único que promete ser un canto vibrante a la vida y a su carrera. El show estará lleno de anécdotas, imágenes inéditas y aquellos clásicos que han trascendido en el tiempo. Desde sus comienzos en el emblemático Club del Clan hasta compartir escenario con figuras como Astor Piazzolla y participar en producciones internacionales como Tango Argentino, Raúl Lavié ha recorrido un camino forjado por su pasión y dedicación. Con la mirada siempre agradecida hacia su público, el artista ha declarado que este homenaje está dirigido “a verdaderos amigos y a los que hicieron posible que siga en el escenario”.
Nacido en Santa Fe en 1937, la vida de Lavié ha sido todo menos común. A pesar de su inclinación inicial hacia el dibujo, su destino pronto se cruzó con la música. Sin proponérselo, su voz se convirtió en su mejor herramienta de expresión. Fue a los 14 años cuando, llevado casi a la fuerza, comenzó a estudiar canto, y desde entonces nunca miró atrás. Los años de esfuerzo y dedicación lo llevaron a actuar en la orquesta de Héctor Varela y a conquistar la televisión con programas emblemáticos como “Ritmo y Juventud”. Su estela no se limitó solo a la música; Lavié también ha tenido un impacto en el cine y el teatro, participando en más de 30 musicales y 17 películas, consolidándose como un ícono de la cultura argentina.
A lo largo de estos años, Lavié ha acumulado un sin fin de reconocimientos, entre ellos el Premio ACE de Oro y dos Premios Konex de Platino. Aún así, su mayor satisfacción radica en esa conexión inquebrantable con su público. Su esencia reside en la capacidad de reinventarse una y otra vez, algo que él mismo atribuye a su espíritu joven y activo, así como a la compañía de músicos más jóvenes que lo inspiran a seguir creando. “La vida no se acaba a una determinada edad”, dice el artista, reflejando una filosofía que busca no solo disfrutar cada momento, sino también influir positivamente en aquellos que lo rodean. Su historia es un vivo testimonio de cómo el arte puede trascender el tiempo y las limitaciones, convirtiéndose en un refugio y una fuente inagotable de alegría y aprendizaje.