Barros y Política: La Polémica Presencia de Barras en el Cierre de Campaña
El cierre de campaña de La Libertad Avanza en el club Villa Ángela de Moreno tuvo un giro inesperado. El evento, liderado por el presidente Javier Milei, no solo atrajo a sus seguidores, sino también a una notable presencia de miembros de la barra brava de River Plate, conocidos como Los Borrachos del Tablón, quienes asistieron encapuchados. Este movimiento levantó cejas y puso nuevamente sobre la mesa la relación problemática entre la política y el mundo de los barras, que históricamente se han convertido en actores clave durante campañas electorales y eventos políticos.
Los detalles de esta curiosa conjunción fueron revelados a través de fuentes cercanas a Los Borrachos. La presencia de los barras no es casual; se sabe que existió un acuerdo con Marcelo García, ex concejal de la región, quien se alinea con el poder local, y Ariel “Pato” Calvici, un hombre influyente en la barra. Los informes indican que a cada barra se les ofreció un pago de 90.000 pesos por “pierna”, lo que significa una mano de obra en términos de fuerza y poder de intimidación. Matías Joel Sacco, antiguo jefe de la barra de Platense y ahora figura central en la tribuna del Monumental, fue uno de los rostros más visibles en el evento.
El Regreso de Viejas Caras en la Barra
Dando un vistazo más profundo, entre los asistentes se encuentran figuras que han tenido un papel protagónico en la historia delictiva del fútbol argentino. Javier Bellino, parte del clan Bellino de Morón, y Sebastián Barraza, conocido como Líder, también estuvieron en la cita, reafirmando su influencia dentro de la barra. La historia de estos personajes es oscura; Bellino, quien ha enfrentado conflictos internos, y Barraza, quien se ha visto involucrado en la circulación de violencia en el oeste de Buenos Aires, ahora se presentan al lado del presidente en una estrategia de doble filo: hacer sentir su poder y, al mismo tiempo, respaldar un movimiento político en ascenso.
El panorama se complica aún más con la presencia de Carlos “el Negro” López, un antiguo operador político que, antes de su caída en desgracia, facilitaba pasaportes para los barrabravas que querían asistir al Mundial de Alemania en 2006. La mezcla de figuras delictivas y la política del país en un mismo espacio genera una inquietante conexión que continúa desdibujando la línea entre el deporte y lo político. López, junto a otros, había sido visto como un nexo clave entre la política nacional y el fútbol, sugiriendo que este tipo de vinculaciones son más comunes de lo que la sociedad quisiera admitir.
La Normalización de la Violencia en el Fútbol Argentino
La utilización de barras por parte de distintos movimientos políticos no es algo novedoso, pero parece haber recrudecido en esta última semana. Un episodio similar ocurrió en Lomas de Zamora, donde uno de los personajes vinculados a agresiones recientes, Diego “Carucha” Paz, asistió a un evento del presidente. Estas acciones no solo normalizan la violencia y los vínculos de los barras en instancias políticas, sino que también hacen hincapié en un temor arraigado en la comunidad futbolística y más allá. La relación entre el fomento de la popularidad del fútbol y el uso de barras como fuerza disuasoria para mantener el control es una estrategia recurrente que aterra a muchos.
Este delicado entramado de intereses políticos y deportivos continúa llamando la atención, planteando preguntas sobre la seguridad en los estadios y el papel que deben asumir las autoridades en el control de estas situaciones. La tensión se palpita en cada partido y en cada acto político, dejando entrever que la lucha por el poder en Argentina sigue entrelazada con la historia oscura de sus barras bravas.