Un Viaje de Sueños y Solidaridad: Las Princesas de la Nieve en su Último Año
Una Nueva Era en la Fiesta Nacional de la Nieve
La 54° edición de la Fiesta Nacional de la Nieve fue el escenario perfecto para que las princesas salientes, María Yung (primera princesa) y Brenda Puñalef (segunda princesa), compartieran sus vivencias en el programa Busca2 de Radio Seis. Ambas jóvenes, quienes representan un cambio significativo en este tradicional certamen, reflexionaron sobre un año lleno de emociones. María, de 35 años, y madre de cuatro hijos, desafió los estereotipos al convertirse en princesa: “A mí de chiquita me insistía… no importaba si tenías hijos o no. De mí misma me siento orgullosa”, expresó. En contraste, Brenda llegó al certamen con tan solo 18 años, motivada por el deseo de hacer feliz a su madre: “Era más el sueño de mi mamá”. Estas historias resaltan cómo el certamen ha evolucionado hacia una perspectiva más inclusiva, valorando a las candidatas más allá de su aspecto físico o estado civil.
Proyectos que Impactan en la Comunidad
Durante su año de mandato, ambas princesas se comprometieron activamente con la comunidad. María lideró iniciativas solidarias, como la recolección de mercadería para ayudar a los afectados por incendios en El Bolsón. También destacó su proyecto familiar de una escultura de Nahuelito en herrería, que será instalada como un regalo a la ciudad. “Va a estar expuesto en las letras, para todos los barilochenses y para el turismo también”, agregó con entusiasmo. Por su parte, Brenda se enfocó en participar en eventos locales, aunque lamentó que algunos viajes prometidos no se concretaron. Sin embargo, destacó lo enriquecedor que fue el proceso: “Me encantó el proceso, conocí gente hermosa. Me llevo amigas y aprendizajes”, compartió, haciendo énfasis en la importancia de la expresión corporal que aprendió en la Academia Seguel.
Momentos que Dejan Huella
La conexión emocional con sus familias fue un hilo conductor en sus relatos. María recordó con cariño el instante en que fue nombrada primera princesa, cuando su papá y sus hijos la acompañaron con carteles de apoyo. La alegría de Bren se hizo palpable cuando volvió a la escuela tras su elección: “Me llamaron al frente después de la bandera, me aplaudieron, me sentí muy acompañada”. Ambas princesas expresaron sus aspiraciones futuras, con María planificando continuar con sus proyectos solidarios y Brenda considerando mudarse a Buenos Aires para seguir estudiando. Con un balance positivo del año, ambas coinciden en que más allá de las dificultades, lo más valioso fue la experiencia emocional vivida. “Hubiera estado bueno poder hacer más, pero me quedo con todo lo lindo que pasó”, finalizó Brenda, dejando claro que el espíritu de la fiesta no solo reside en la coronación, sino en los lazos y aprendizajes construidos.
