Un Dueto entre Naturaleza y Palabras: La Vida de Marcos Easdale
En Bariloche, donde la belleza natural encuentra su máxima expresión, vive el doctor en Ciencias Agropecuarias Marcos Easdale, un hombre que combina sus dos grandes pasiones: la agronomía y la literatura. Originario de Córdoba, Marcos llegó a esta región hace más de dos décadas y encontró en sus paisajes no solo el escenario perfecto para su labor como investigador del Conicet, sino también un refugio para su espíritu creador. A los 46 años, destaca en la escena literaria local por su capacidad de entrelazar la ciencia con la poesía, brindando vida a obras que exploran la identidad, la naturaleza y la conexión entre el ser humano y su entorno. La exposición “Hacen así, así quienes escriben” celebra ese vínculo, promoviendo la importancia de la cultura en un sitio que tradicionalmente ha priorizado el turismo.
Desde su infancia, cuando se sentaba frente a la máquina de escribir de su abuelo, Marcos mostró una inclinación hacia las letras. A los diecisiete años ganó un concurso de escritura en Córdoba, lo que le impulsó a seguir creando. Sin embargo, sus estudios y la disciplina científica lo alejaron momentáneamente de la literatura. Fue en 2018 que regresó a la escritura, en un esfuerzo por narrar historias que, aunque profundamente personales, abordan temas universales. Su primera novela, "Las luchas que nos habitan", ahonda en la identidad y sus formas de construcción en contextos complejos, como los influidos por la dictadura y la guerra de Malvinas. A través de un estilo que mezcla prosa poética y filosofía, Marcos nos invita a reflexionar sobre nuestras propias vidas y las huellas que nos definen.
En su mirada, hay también una preocupación latente respecto al presente de la ciencia en Argentina. Marcos observa con inquietud la situación crítica del Conicet y el INTA, donde el desfinanciamiento y la falta de valoración de la labor científica generan un ambiente de incertidumbre. Para él, la ciencia debería ser un pilar fundamental de la sociedad, contribuyendo al bienestar común y al progreso. A pesar de este panorama desalentador, Marcos sigue comprometido con su trabajo y con la causa de fomentar una relación más profunda entre la literatura, la ciencia y la naturaleza. Su voz se alza no solo para expresar su amor por la escritura, sino también para abordar la importancia de cuidar el entorno y revalorizar el papel de la ciencia en la vida cotidiana, un desafío que espera se discuta y resuelva en un futuro próximo.