Un Regalo Especial: El Cumpleaños de Ricardo Mollo y el Día del Niño
El 17 de agosto trajo consigo una celebración conmovedora en la vida de dos figuras muy queridas en Argentina: Natalia Oreiro y Ricardo Mollo. En este día, Oreiro sorprendió a su esposo, el talentoso músico, con una dedicatoria que destila amor y ternura. La actriz eligió una entrañable fotografía en blanco y negro que retrata a Mollo en su niñez, con el clásico guardapolvo escolar y una pequeña valija de cuero en la mano. Junto a esta imagen, Oreiro compartió fragmentos de la canción “Tu Mirada”, una de las emblemáticas composiciones de Mollo, añadiendo un emotivo “Feliz vida”. Este homenaje no solo celebra su cumpleaños, sino que también coincide con el Día del Niño en Argentina, lo que añade un matiz especial a la fecha.
La respuesta de Mollo fue inmediata y sencilla, con un “Te amo” que resonó en las redes con un emoji de corazón rojo, un gesto que contrasta con el perfil bajo que la pareja mantiene respecto a su vida privada. Si bien suelen ser reservados en cuanto a su relación, estos pequeños momentos de vulnerabilidad ofrecen a sus seguidores un atisbo de la intimidad que comparten. Esta conexión entre dos celebraciones convierte la publicación en un homenaje que trasciende el tiempo, subrayando los orígenes del músico que ha sido una figura central en el rock nacional, mientras se celebra también la inocencia de la niñez.
La historia de amor entre Natalia Oreiro y Ricardo Mollo se forjó en circunstancias inusuales para dos figuras de mundos tan disímiles. Se conocieron en una clase de yoga, y en un inicio, Oreiro no sabía quién era Mollo, lo que permitió que su relación se desarrollara de manera espontánea, libre de los preconceptos que a menudo acompañan a las celebridades. Con el tiempo, ese vínculo se consolidó en una amistad sincera, floreciendo en un amor genuino que no se vio afectado por la diferencia de edad de veinte años. Desde el nacimiento de su hijo Merlín Atahualpa, la pareja ha hecho un esfuerzo considerable por proteger su intimidad, eligiendo compartir solo momentos seleccionados de su vida familiar, lo que mantiene un equilibrio entre su vida pública y su mundo privado.