Neuquén pone en marcha un plan pionero para controlar las emisiones de gases en Vaca Muerta
La provincia de Neuquén dio un paso clave en la agenda ambiental de la industria hidrocarburífera al lanzar un ambicioso programa de control de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El plan, que se aplicará sobre la actividad en Vaca Muerta, busca medir y mitigar la huella ambiental de cada operadora, como parte de una nueva etapa donde la sustentabilidad se vuelve un eje central del desarrollo energético.
Impulsado por la Secretaría de Ambiente, el programa se basa en la reciente Resolución 258/25, que dio origen al “Programa de Monitoreo y Mitigación de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero en el Sector Hidrocarburífero”. Esta iniciativa representa un cambio de paradigma en la forma en que se gestiona el impacto ambiental de la producción petrolera y gasífera.
Control con respaldo técnico y consenso con el sector
La propuesta fue anunciada por la secretaria de Ambiente, Leticia Esteves, quien remarcó que la medición de metano, dióxido de carbono y óxidos nitrosos se hará de forma unificada y con criterios consensuados. Para lograrlo, la provincia trabajó en conjunto con el Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG), dado que los reportes de sustentabilidad presentados por las empresas hasta ahora eran voluntarios, heterogéneos y no permitían generar una base comparativa real.
“No se trata solo de controlar, sino de generar información robusta para tomar decisiones ambientales con impacto real”, señalaron desde la cartera.
El plan establece un período de 12 meses de prueba piloto —sin sanciones—, en el que cada empresa deberá aportar datos para construir una línea base de sus emisiones. A partir de 2026, el gobierno neuquino podrá aplicar exigencias específicas y sancionar excesos o fugas, en una medida sin precedentes para la industria nacional.
Neuquén se suma al monitoreo global del metano
Como parte de este esquema, la provincia también adhirió al International Methane Emissions Observatory (IMEO), una plataforma de las Naciones Unidas que permite detectar fugas superiores a 500 kg/hora de metano en tiempo real vía satélite, a través del sistema MARS (Methane Alert and Response System).
Esta tecnología de punta posiciona a Neuquén en una red global de monitoreo que permite respuestas rápidas ante eventos críticos. El metano, por su capacidad de retener calor, es 80 veces más contaminante que el dióxido de carbono. Su control representa una medida urgente para mitigar el cambio climático y proteger la atmósfera.
Residuos petroleros: la otra gran deuda de la industria
El avance ambiental no se detiene en la atmósfera. En paralelo, la Secretaría de Ambiente impulsa un nuevo enfoque para el tratamiento de residuos generados por la actividad hidrocarburífera, como los cutting (recortes de perforación) y el flowback (agua recuperada del pozo).
Con el crecimiento de Vaca Muerta, estos desechos aumentaron un 35% en 2023 y podrían haber seguido creciendo en 2024, según datos de Chequeado.org. Actualmente, seis plantas en Añelo (Comarsa, Treater, Indarsa, SAN, Ecopolo y TransEcológica) procesan estos residuos. Sin embargo, la capacidad instalada está al límite.
“No queremos seguir generando zonas de sacrificio. La gestión de residuos tiene que dejar de ser vista como un gasto y empezar a entenderse como una inversión estratégica”, sostuvo Esteves.
Ante esta situación, la provincia presiona a las empresas para que desarrollen planes de tratamiento in situ —es decir, en el mismo lugar donde se generan los residuos—, especialmente en zonas de expansión como Rincón de Aranda (Pampa Energía) y Los Toldos II Este (Tecpetrol).
Una nueva regulación en construcción
Con la información recabada durante este año de prueba, Neuquén proyecta una nueva legislación ambiental para el sector hidrocarburífero, que establezca estándares obligatorios de monitoreo, mitigación y tratamiento. La meta es clara: una Vaca Muerta más limpia, eficiente y sostenible.