El Barrio Mirador del Challhuaco: Una Realidad Compleja
Orígenes y Estructura del Barrio
El Barrio Mirador del Challhuaco se formó a raíz de un loteo impulsado por la Cooperativa Rucas del Sur LTDA, bajo la dirección de Juan Salvador Logaj, en colaboración con el Instituto Municipal de Tierras y Viviendas, presidido por Oscar Zamora. El proyecto inicial contemplaba la creación de alrededor de 250 lotes diseñados para viviendas unifamiliares, además de contar con áreas reservadas para comercios y espacios comunitarios. Sin embargo, con el tiempo, los vecinos han señalado que la entrega de estos espacios comunes, así como la provisión de servicios básicos, jamás se concretó.
La Crítica Situación de los Servicios
La situación en el barrio es preocupante. Como lo expresó David Barrios, presidente de la Comisión de Trabajo del barrio, “no tenemos ni agua, ni luz, ni gas, ni cloaca, ni ningún tipo de servicio por parte del Estado”. A pesar de contar con 253 lotes y aproximadamente 50 familias residiendo en el lugar, la única atención estatal visible es un tacho de basura. En un censo reciente, se registraron más de 40 familias asentadas, de las cuales 80 personas tienen acceso precario a agua del arroyo Ñireco, la cual no es potable. Para el consumo, deben recurrir a comprar agua embotellada. Además, la electricidad se obtiene a través de sistemas de paneles solares, baterías y grupos electrógenos, lo que representa un gasto significativo que muchas familias no pueden afrontar.
Falta de Respuesta Estatal
La falta de respuesta por parte de las autoridades preocupa a los vecinos, quienes han intentado establecer canales de diálogo con el municipio, tanto con la gestión anterior como con la actual. Según Barrios, a la fecha, el intendente no ha visitado el barrio ni ha respondido a las solicitudes de una reunión formal. Aunque algunas personas de juntas vecinales se acercaron, no han actuado en favor de la creación de una junta vecinal, lo que dificulta la gestión de soluciones para el barrio. El creciente malestar en la comunidad es palpable, especialmente cuando Barrios menciona: “tenemos 253 lotes, de los cuales la mayoría está pagando sus servicios hoy; lo único que recibimos del Estado es ese tacho de basura”. La comunidad, a pesar de sus sacrificios al adquirir sus terrenos, siente que sus preocupaciones quedan detrás de otras prioridades.