Hoy, 28 de mayo, celebramos el Día de los Jardines de Infantes y de la Maestra Jardinera en honor a la educadora riojana Rosario Vera Peñaloza, quien fue pionera en la educación preescolar en Argentina y fundó el primer jardín de infantes en el país. Este día no solo conmemora su legado, sino que también resalta la importancia de la enseñanza en los primeros años de vida, un período crucial para el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños. La figura de la maestra jardinera, un pilar en la educación y en la formación de una sociedad, merece un reconocimiento especial por su dedicación y compromiso con el aprendizaje de los más pequeños.
Durante esta jornada, muchas instituciones educativas organizan actividades festivas, como lo hace el colegio Don Bosco, donde la maestra jardinera Bélgica Jara invita a los alumnos de ambos turnos a unirse para celebrar con desayunos, disfraces y juegos inflables. Este esfuerzo por crear un ambiente especial y acogedor refleja la pasión y el compromiso que muchas maestras ponen en su trabajo. Jara, con 21 años de experiencia en la enseñanza, destaca que trabajar en el jardín requiere amor y entrega. “Te tiene que gustar. Tenés que tener ganas, porque tiene que ver mucho con el corazón”, explica, enfatizando la conexión emocional que se establece entre educadores y alumnos.
Las anécdotas y las interacciones cotidianas con los niños son parte del encanto de esta profesión. “Lo mejor de nuestra profesión es lo bien que se la pasa”, dice Jara, quien valora las conversaciones que surgen cuando los chicos regresan al jardín después de un tiempo. “Es un mundo aparte”, menciona, refiriéndose a la atmósfera única que se crea en el aula, donde cada día es una nueva aventura llena de risas y aprendizajes significativos. Además, como madre, reconoce la importancia del vínculo entre las familias y el jardín, un lugar donde los padres pueden ser parte activa en el desarrollo de sus hijos. Jara concluye que, si pudiera elegir de nuevo, no dudaría en ser maestra jardinera, reafirmando su amor por esta vocación que la acompaña desde sus inicios.