Un Futuro Mejor a Través de la Educación
En un esfuerzo significativo por empoderar a los recicladores de Bariloche, la Fundación Gente Nueva ha inaugurado un nuevo Proyecto Territorial de educación secundaria, esta vez en colaboración con la Asociación de Recicladores Bariloche (ARB). Situado en el mismo espacio donde estos trabajadores realizan su labor diaria, este proyecto busca eliminar las barreras que dificultan el acceso a la educación para adultos, permitiendo que quienes dedican largas horas al trabajo y a la familia puedan retomar sus estudios en un entorno familiar y accesible. La historia de Carolina Álvarez, presidenta de la ARB, es emblemática: tras rechazar inicialmente la propuesta por considerarla insostenible, encontró en las historias de éxito de otros barrios la motivación necesaria para avanzar. Esta iniciativa, nacida tras numerosas conversaciones y un gran compromiso de parte de los docentes, se ha convertido en un rincón donde las voces de los recicladores se oyen y se celebran.
El aula, situada en la oficina del primer piso de la ARB, es más que un simple espacio de estudio; se ha transformado en un lugar de encuentro donde las historias de vida se entrelazan con el deseo de superación. Con horarios adaptados a su rutina laboral, los estudiantes pueden asistir a clases de materias como computación e historia, que les ofrecen herramientas útiles para el día a día. Zulema Morales, una de las participantes, destaca que aprender a manejar computación no solo es un desafío, sino una necesidad ante las preguntas que sus nietos le plantean. La modalidad directa y dinámica del curso ha generado un ambiente de aprendizaje donde no se siente la carga de la educación tradicional, una versión más "amigable" que invita a más trabajadores a unirse al proyecto.
Detrás de cada asistente hay una motivación palpable: concluir el secundario no solo representa un título, sino también una oportunidad de mejorar sus condiciones laborales y educativas. Diego, quien aspira a enseñarles a sus hijos la importancia del estudio, y Gladys, que ya aplica lo aprendido en su trabajo diario, son reflejos de cómo este proyecto ha impactado sus vidas. La filosofía del proyecto no es solo educar, sino también respetar y construir sobre el conocimiento práctico que estos trabajadores ya poseen, creando un espacio inclusivo donde todos puedan avanzar a su propio ritmo, sin sentirse menospreciados. Esto resuena especialmente en una comunidad en la que la educación para adultos ha sido históricamente relegada a horarios difíciles, demostrando que nunca es tarde para aprender y crecer.