La realidad del alcohol al volante en Bariloche
Semana tras semana, los inspectores de la Municipalidad de Bariloche llevan a cabo controles que revelan una preocupante tendencia: muchos vecinos aún se ponen al volante después de haber consumido alcohol. A pesar de la instauración de multas severas y castigos pensados para desincentivar esta práctica, los datos evidencian que el mensaje de prevención parece no estar llegando con la misma fuerza que los resultados alarmantes provocados por el manejo irresponsable. La sociedad barilochense ha sufrido pérdidas irreparables, y cada fin de semana, los niveles de alcohol en sangre encontrados en los controles son un recordatorio de que todavía queda mucho por hacer.
En Bariloche, se ha implementado una estricta política de “tolerancia cero” con respecto al alcohol al volante. Esto implica que no se permite ningún nivel de alcohol en sangre para quienes manejen cualquier tipo de vehículo. Las sanciones son notoriamente altas, y pueden variar desde $20,000 para infracciones leves, hasta más de $500,000 para infracciones graves. Las multas se agravan en caso de que el alcoholemia sobrepase niveles críticos, y pueden ascender a más de un millón de pesos para aquellos con grados altos de alcohol, especialmente si son conductores principiantes o reincidentes. Además, rechazar el control de alcoholemia también acarrea multas significativas, que en otras jurisdicciones han llegado hasta $1,752,400 en 2024.
Los efectos de las sanciones no se limitan solo a multas monetarias. Quienes sean sorprendidos manejando con alcohol en sangre pueden enfrentar la inhabilitación para conducir por periodos que varían de 30 días a varios años, dependiendo de la reincidencia y el nivel de alcohol. Asimismo, la retención de la licencia de conducir y del vehículo son medidas comunes en estos casos, creando un impacto tangible en la vida de los infractores. Ante un accidente grave donde se haya consumido alcohol, la situación también puede escalar hacia cargos penales. En este sentido, Bariloche acompaña las normativas nacionales y provinciales de “Alcohol Cero”, con el firme objetivo de uniformar y reforzar la seguridad vial en la región, evidenciando que es fundamental comprender la importancia de estas leyes y su aplicación estricta.
