Marcos Rojo: Un Error en la Historia de Boca Juniors
La llegada de Marcos Rojo a Boca Juniors siempre estuvo marcada por una ilusión que rápidamente se convirtió en desencanto. El exjugador del Manchester United y la Selección Argentinas se pensaba como un líder dentro del vestuario. Sin embargo, su desempeño ha sido más que cuestionable. En medio de la cuarentena, hizo olas al juntarse con amigos para jugar a las cartas y, ya durante la competencia, se le vio participando en picados en condiciones deplorables, una imagen que contrasta fuertemente con la ética profesional que espera el Xeneize. Lesiones recurrentes, temperamento incontrolable y faltas de asistencia a entrenamientos son solo algunos de los sinsentidos que marcaron su paso por el club. Resulta impensable que un jugador como Rojo, quien llegó con tanto renombre, pueda tener un bagaje tan negativo en este equipazo que necesita verdaderos líderes a la altura de su historia.
Los datos no mienten: desde su llegada en febrero de 2021, Rojo ha jugado solo el 46% de los partidos. De los 254 encuentros jugados por Boca, participó en 118, y de esos, apenas completó los 90 minutos en 75 ocasiones. Su mejor momento llegó bajo la dirección de Fernando Gago, donde logró estar diez encuentros en forma consecutiva. Sin embargo, su irregularidad sigue siendo un tema de conversación recurrente entre los hinchas, quienes esperaban más de un jugador que había hecho su nombre en el fútbol europeo. Su controversial comportamiento, que incluyó una pelea con el entrenador Miguel Ángel Russo, dejó en claro que su rol como capitán no es nada menos que un fiasco.
La situación actual de Rojo en Boca es cada vez más insostenible. Informes recientes sugieren que la dirigencia, encabezada por Juan Román Riquelme, contempla la rescisión de su contrato, que finaliza en diciembre. Con una actitud negativa y acusaciones de haber criticado a la cúpula por los premios del Mundial de Clubes, su futuro se ve incierto. Más que un líder dentro del equipo, se ha convertido en un referente del cuándo no ser un jugador de Boca. Una figura como Rojo quizás le quedó grande al club, que está ansioso por deshacerse de una presencia que ha aportado muy poco, tanto en lo futbolístico como en lo humano. A medida que Boca busca reconstruir su identidad, es claro que deben mirar hacia el futuro con otros ojos.