La Suspense de Wanda Nara y Mauro Icardi: Nuevos Capítulos en la Justicia Italiana
La saga del divorcio entre Wanda Nara y Mauro Icardi sigue su curso en las cortes de Milán, sumando una nueva postergación a la lista de acontecimientos. La audiencia programada originalmente para el 2 de julio ha sido reprogramada para el 8 de julio, lo que revela las complicadas dinámicas que rodean esta separación mediática. Según informaron los periodistas Naiara Vecchio y Gustavo Méndez, la razón principal detrás de este cambio es la obligación del futbolista de reincorporarse al Galatasaray tras recuperarse de una lesión. La audiencia no solo es crucial para el futuro legal de su divorcio; también representa un momento clave para la evaluación de las circunstancias que rodearon su separación, portando un manto de expectativa para quienes siguen sus pasos.
En esta tercera audiencia, los focos estarán puestos sobre las acusaciones de adulterio. La justicia italiana debe determinar si Wanda tuvo relaciones extramatrimoniales con dos de los colegas de Icardi, lo que podría afectar significativamente el acuerdo de bienes que firmaron en 2021. Estos posibles vínculos con Keita Baldé y Federico Fazio son de vital importancia; si se prueban, podrían invalidar el convenio patrimonial y obligar a Wanda a una división de bienes mucho menos favorable. La periodista Vecchio así lo explica: la existencia de relaciones adulterinas puede llevar a Icardi a recuperar activos, incluido el llamativo vehículo rosa que generó tanto revuelo en la última audiencia.
El entorno de Wanda sostiene que no hay evidencia concreta de estos encuentros, defendiendo la postura de que su cliente no ha cometido adulterio. No obstante, se menciona que Icardi estaría presentando pruebas comprometedoras, incluso material audiovisual, que podrían cambiar el rumbo de la causa judicial. Este vaivén de declaraciones entre ambos lados pone de relieve un vínculo en conflicto que se refleja también en otras instancias legales, como el litigio en Argentina por la custodia de sus hijas Francesca e Isabella. Mientras ambos enfrentan la complejidad de sus respectivos pleitos en distintos países, la disputa no solo es sobre bienes materiales, sino también sobre la custodia y lo que es mejor para sus hijas en medio de un entorno tumultuoso.