El reconocimiento a Pablo Marcos Rafael Carballo como Ciudadano Ilustre de Bariloche es un acontecimiento que va más allá de un simple título; es una reparación emocional y simbólica para un hombre que ha dedicado gran parte de su vida a honrar la memoria de los caídos en la guerra de Malvinas. Este acto se produjo tras la sanción de la Ordenanza Nº 3502-CM-25 por parte del Concejo Municipal el 22 de mayo de 2025, y fue promulgada oficialmente por el intendente Walter Cortes el 26 de mayo. Para Carballo, que vivió sus años formativos en Bariloche y considera a la ciudad como su verdadero hogar, este reconocimiento representa un lazo renovado con su tierra, un vínculo que había sentido quebrado durante décadas.
Pablo, aunque nacido en Capital Federal, se trasladó a Bariloche desde pequeño. Allí vivió sus mejores años, fundando el club de regatas y siendo parte fundamental del canal de televisión local. A pesar de sus raíces barilochenses, su vida también lo llevó a Córdoba, donde reside actualmente con su familia. Sin embargo, la distancia no ha apagado su amor por Bariloche, un lugar del cual ha destacado siempre con orgullo. “Me siento barilochense completamente”, menciona con emoción. Su historia en la guerra, los combates aéreos y las duras experiencias han quedado grabadas en su memoria, y su dedicación a honrar a los camaradas caídos a través de cartas a sus familias es un testamento a su ser.
El proceso de reconocimiento no fue sencillo. Aun habiendo arriesgado su vida, Carballo llegó a sentirse como un “huérfano” en su propia patria, sin un lugar que lo abrazara. Tanto en Buenos Aires como en Córdoba, nunca encontró el reconocimiento que tanto anhelaba, lo que hizo que la decisión del municipio de Bariloche tuviera un significado profundo. Walter Cortes, a través de esta ordenanza, ha restituido algo que para Carballo no solo era una formalidad, sino una reafirmación de su identidad. “Soy barilochense y fui reconocido por mis padres: Bariloche y Río Negro”, afirmó con firmeza. Su historia cobra vida en cada palabra que pronuncia y cada memoria que comparte, recordando siempre que su pertenencia a Bariloche es inquebrantable. Mientras él sostiene que no volverá a Malvinas “porque no voy a mi patria con pasaporte”, su compromiso por mantener viva la memoria de aquellos que no volvieron sigue intacto.