Violencia sin límites en Avellaneda
La noche del 21 de agosto de 2025 se convirtió en una jornada oscura para el fútbol sudamericano, cuando Independiente y Universidad de Chile se enfrentaron en un partido de Copa Sudamericana que terminó en caos. Un alarmante video muestra cómo miembros de la hinchada del Rojo golpeaban y humillaban a dos aficionados chilenos, exigiéndoles que pidieran perdón entre gritos e insultos. En las imágenes se observa a los hinchas de la U, visiblemente heridos y sin capacidad de respuesta, siendo sometidos a un ataque brutal en la tribuna Pavoni alta, donde apenas quedaba un pequeño grupo de sus seguidores.
Heridos y detenciones
Las secuelas de estos lamentables incidentes fueron devastadoras: un informe de la Comisaría 1ª de Avellaneda reportó siete personas heridas, con dos de ellas en estado crítico, tras sufrir fracturas en los miembros inferiores y un traumatismo de cráneo, respectivamente. La Universidad de Chile, no obstante, Eleva la cifra a 19 afectados, incluyendo dos apuñalados. Estos datos desnudan la gravedad de la conmoción vivida en el estadio. Los heridos fueron trasladados a diferentes hospitales, donde se reportaron cirugías y tratamientos para traumatismos severos. La violencia, junto a una ineficiencia en la intervención de la seguridad, generó una situación insostenible que dejó a muchos en estado crítico.
La reacción de los protagonistas
Tras lo sucedido, el partido fue cancelado, y 98 personas fueron detenidas, generando una oleada de críticas hacia las barras bravas y la falta de control en los eventos deportivos. Este episodio, que arrastra un clima de hostilidad, ha suscitado comentarios incluso en ámbitos gubernamentales y deportivos, quienes se pronuncian en busca de soluciones ante el avance de la violencia en el fútbol. La pregunta persiste en el aire: ¿hasta dónde llegará la impunidad de estas acciones que continúan manchando el espíritu del deporte?