El aumento de la morosidad en préstamos a personas físicas en Argentina
En los últimos tiempos, la morosidad en los préstamos otorgados a personas físicas en Argentina está en aumento, un fenómeno alarmante que refleja las difíciles condiciones económicas que enfrentan muchas familias. Según el último informe de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), la mora en financiaciones a familias alcanzó un 2,9% en febrero, evidenciando un incremento notable. Este aumento es particularmente notorio en los hogares de ingresos medios y bajos, que se ven obligados a recurrir al crédito para satisfacer necesidades básicas como la alimentación. El uso extendido de tarjetas de crédito, con tasas de interés que pueden llegar hasta el 200%, se ha convertido en un factor determinante en el endeudamiento de los argentinos, creando un círculo vicioso que es difícil de romper.
La dependencia del crédito es otro aspecto a resaltar, ya que un estudio del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas señala que el 58% de la deuda de los hogares se destina a gastos alimenticios. Actualmente, hasta el 65% de las familias sostiene al menos dos deudas, con el 40% a 60% de sus ingresos mensuales comprometidos en pagar pasivos. Este panorama sugiere que las familias están cada vez más atrapadas en una situación de asfixia económica, incapaces de salir a flote debido a las altas tasas de interés y a la percepción del riesgo que tienen los bancos sobre sus clientes. Aunque el Banco Central ha intentado bajar las tasas de referencia, estas medidas no se han trasladado al consumidor promedio.
En respuesta a la presión constante, muchas familias están adoptando una postura más cautelosa respecto al uso del crédito. Las estadísticas muestran que el acceso al financiamiento se ha vuelto más restringido, lo que ha llevado a una modulación en la utilización de tarjetas y préstamos personales. A pesar de que existen nuevas ofertas de compra por cuotas y opciones digitales, esta cautela no está garantizando un alivio real para las familias. La falta de una política de tasas más equitativa complica aún más la situación, perpetuando el ciclo de endeudamiento y dejando a los hogares en una lucha diaria por su estabilidad financiera.
