El panorama del turismo receptivo en Argentina: Un escenario complejo
En los últimos meses, el turismo receptivo en Argentina ha enfrentado desafíos significativos, reflejando una realidad heterogénea en la llegada de visitantes al país. Según el informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), durante octubre arribaron aproximadamente 389.800 turistas extranjeros, lo que representa una caída del 5,9% en comparación con el año anterior. Sin embargo, en medio de estas cifras poco alentadoras, se ha registrado una leve recuperación en el flujo de pasajeros aéreos, aumentando un 1,3%, la primera señal positiva desde finales de 2024. Esta situación puede explicarse en parte por la devaluación de la moneda local y las modificaciones en el tipo de cambio, que han generado un entorno más competitivo para los visitantes internacionales, incentivándolos a elegir Argentina como un destino atractivo.
Mientras el turismo receptivo muestra signos de retroceso, el turismo emisivo, es decir, los argentinos que salen al exterior, ha experimentado un notable aumento. En octubre, más de 725.000 argentinos decidieron viajar al extranjero, lo que implica un crecimiento del 10,8% respecto al año anterior. Brasil se mantiene como el destino preferido, aunque se observa una disminución significativa en los viajes hacia Chile y Uruguay. Esta retracción podría vincularse a factores económicos y cambios en la situación macroeconómica interna, que hacen que viajar a países vecinos se vuelva menos atractivo. No obstante, el patrón de viajes sigue reflejando una preferencia por destinos accesibles y con oferta variada, evidenciada en el comportamiento de gasto diario.
El aspecto económico del turismo es otro elemento a tener en cuenta. Los turistas extranjeros que visitan Argentina gastan un promedio de 88 dólares estadounidenses por día, principalmente en alojamiento y gastronomía. Los visitantes brasileños se destacan como los que más gastan, con un promedio de 108,8 dólares diarios. En contraste, los argentinos que viajan al exterior tienen un gasto diario de 94,2 dólares, con una notable inversión en gastronomía y alojamiento, especialmente en mercados como el estadounidense. Sin embargo, los pronósticos de expertos, como Daniel Schteingart de Fundar, alertan sobre un posible déficit turístico histórico en 2025, con un saldo negativo proyectado de 7 millones de turistas, resaltando las tensiones entre un turismo emisivo en alza y un turismo receptivo que cae a niveles no vistos desde 2006.
