Las emociones a flor de piel en la última cena de Gran Hermano
En la emocionante antesala de la gran final de Gran Hermano (Telefe), los cuatro finalistas vivieron una velada para recordar. Santiago del Moro, conductor icónico del programa, hizo su entrada a la casa, cautivando a Luz Tito, Ulises Apóstolo, Eugenia Ruíz y Santiago “Tato” Algorta. Esta cena, cargada de emociones, se convirtió en una oportunidad única para que los participantes recibieran un vistazo al impacto mediático que generaron durante su tiempo en el reality. A través de una serie de videos y reportajes, los finalistas pudieron apreciar, por primera vez en meses, las reacciones masivas que generaron en el público argentino y en el extranjero. La mezcla de asombro e incredulidad se reflejó en sus rostros al ver cómo sus decisiones y comportamientos habían resonado en las redes y en la televisión.
Uno de los momentos más impactantes de la noche fue la revelación de la eliminación de Renato Rossini, quien se fue de la casa con más del 92% de votos negativos. Esta cifra sorprendió a los finalistas y les hizo entender la magnitud de la conexión que tenían con el público. Además, la cena incluyó un repaso por los momentos más relevantes de sus excompañeros, destacando romances, polémicas y situaciones divertidas que marcaron el paso del programa. Entre risas y asombro, los finalistas vieron clips que mostraban cómo algunos de sus antiguos compañeros habían continuado sus vidas en el mundo del espectáculo, lo que evidenciaba aún más el impacto del reality.
Aunado a las revelaciones y emociones, el evento también fue un momento de celebración del cariño que los fans les habían brindado. Durante la cena, los finalistas recibieron un extraordinario informe sobre el crecimiento de sus seguidores en redes sociales. Desde la escasa cantidad de seguidores que tenían antes de ingresar a la casa, varios superaron la barrera de los 200 mil seguidores en Instagram, transformando su paso por el reality en una puerta abierta a nuevas oportunidades laborales. Ver los mensajes de apoyo de sus comunidades y la proyección que les esperaba dejó a los finalistas con el corazón lleno y una nueva perspectiva sobre su futuro, convirtiendo esa última cena en un cierre memorable para una etapa intensa y transformadora en sus vidas.
