El Poder del Presente en "Presente Continuo"
Valentina Bassi, actriz argentina y madre de Lisandro, un joven de 16 años con autismo, se abre al mundo a través del documental "Presente Continuo", estrenado en junio. Con una sincera conversación en el estudio de Infobae, destaca la necesidad de desmontar prejuicios en torno al autismo. "La sociedad todavía no sabe cómo acercarse, cómo preguntar, cómo tratar", afirma, señalando que la falta de diálogo perpetúa la incomprensión. Este documental no solo pone la mirada en Lisandro, sino que también revela profundas reflexiones sobre la vida familiar y la cotidianidad, promoviendo un espacio para discutir la inclusión y la diversidad desde un lugar auténtico.
El título "Presente Continuo" encapsula la esencia de la experiencia de su hijo. Para Valentina, la capacidad de Lisandro de vivir en el momento presente es admirable y contrastante respecto a la preocupación habitual de los adultos por el futuro. "Lisandro no está pensando qué va a pasar mañana. Él se despierta y es presente", comparte, evidenciando cómo esta forma de vivir se convierte en un refugio para su familia. La idea de estar anclado en el presente no solo transforma la percepción del tiempo, sino que también reconfigura las expectativas familiares. En su travesía, la actriz relata cómo esta visión del tiempo ha cambiado con los años, permitiendo a su familia desarrollarse en un entorno más reflexivo y libre de cargas innecesarias.
La creación del documental se presenta como un proceso de exploración, donde la familia de Lisandro busca compartir su historia más que dar respuestas definitivas. Valentina revela que el deseo inicial de filmar no provenía de un compromiso militante, sino de una necesidad personal de liberar la vergüenza que sentía frente a las miradas juiciosas del entorno. Junto a su pareja, el cineasta Ulises Rosell, decidieron que la película no debería limitarse a una visión didáctica sobre el autismo. Así, el relato adquiere dimensiones más amplias, convirtiendo el rodaje en una aventura familiar vivida con alegría y sin la carga de la cámara. Esta nueva forma de contar su historia permitió a Lisandro interactuar de manera inesperada con su propio reflejo en la pantalla, abriendo un diálogo enriquecedor sobre la diversidad y la aceptación entre su familia y el público.
