La Peregrinación hacia la Catedral de Salta
La Fiesta del Milagro en Salta es un evento que reúne a miles de fieles en una travesía cargada de tradición y devoción. Este año, Andrea Prémoli, una vecina de San Carlos de Bariloche, compartió su experiencia tras participar en la peregrinación hacia la Catedral. La festividad rinde homenaje al Señor y la Virgen del Milagro, y la jornada está marcada por un profundo sentido de comunidad y solidaridad. Durante esta celebración, los peregrinos llevan donaciones y muestran su entrega a través de rezos y acciones.
Un Viaje de Fe y Gratitud
Para Andrea y su esposo, este viaje fue especialmente significativo. Caminar más de 170 kilómetros desde Seclantás fue la forma en que decidieron agradecer tras una difícil etapa en la salud de su hijo mayor, quien sufrió de epilepsia y fue sometido a una cirugía. A pesar de las adversidades, Andrea se sintió acompañada por el cariño de la comunidad salteña, que respeta y admira a quienes emprenden esta hazaña. En una entrevista con Radio Seis, destacó lo comprometido del entorno y la conmovida atmósfera que se respira en Salta durante esos días de fervor religioso.
Un Desafío Físico y Espiritual
La travesía no estuvo exenta de desafíos. Andrea recordó que caminar desde las 2 de la mañana, en altitudes de más de 3.000 metros, presentaba no solo un clima gélido, sino también una fuerte exposición al sol durante el día. “El primer día pensé ‘no voy a llegar’”, confesó, narrando las dificultades que enfrentaron. Sin embargo, la luz de la luna y el profundo sentido de logro por cumplir con la promesa la motivaron a seguir adelante. La historia de las imágenes del Señor y la Virgen, donadas desde España en el siglo XVII y rescatadas tras un naufragio, añade un toque místico a la celebración, explicando la razón de la renovación del “pacto de fidelidad” cada año en Salta.
Esta experiencia va más allá de lo físico; se convierte en un retiro espiritual, donde la peregrinación es un momento para reflexionar y conectar con uno mismo y con la comunidad. La combinación de esfuerzo, fe y gratitud hace de esta festividad un acontecimiento único en el calendario argentino.
