Una confesión polémica
En agosto del año pasado, Ángela Torres, la talentosa hija de Gloria Carrá, realizó un viaje a Japón que, a primera vista, parecía ser una aventura más en su vida. Sin embargo, fue durante una reciente entrevista en el programa "Nadie dice nada" de Luzu TV que la artista dio un giro inesperado a su relato. Con tono distendido y risas, Ángela reveló que, impulsada por la extrema corrección de los japoneses, optó por "llevarse algunas cositas", confesando de forma alegre que había robado durante su estancia en el país oriental. Una declaración que, en cuestión de minutos, se transformó en un escándalo mediático.
Reacción de la audiencia
Las reacciones no tardaron en llegar. Mientras añoraba sus días de adolescencia, cuando también se "metía cositas en el bolsillo", Ángela se encontró rodeada de un panel sorprendido, que incluía a Nicolás Occhiato y Momi Giardina. Su intento de justificar la acción, comparándola con "alguna boludez", no hizo más que aumentar el revuelo en las redes sociales. La viralización de su confesión trajo consigo críticas contundentes, creando un torrente de comentarios negativos y opiniones divididas. La situación se volvió aún más intensa cuando el presidente Javier Milei se refirió al episodio, compartiendo el clip y mencionando el "virus kuka", generando un eco aún mayor en el ámbito político y social.
Redes sociales en llamas
El impacto en redes fue inmediato y contundente. Muchos usuarios no solo cuestionaron la ética de Ángela, sino que también la relacionaron con su cercanía a la dirigente kirchnerista Ofelia Fernández, sumando capas a la controversia. El descontento en Twitter se dejó sentir, con mensajes que hablaban de su conducta irresponsable y su aparente falta de remordimientos. En un entorno donde la figura pública está cada vez más expuesta, la artista se ha convertido en el reflejo de un debate más amplio: la percepción del comportamiento y los valores en el contexto argentino actual. Esta situación ha dejado clara la magnitud del escrutinio al que están sometidos quienes, ya sea por diversión o en un descuido, hacen confesiones que pueden traer serias repercusiones en su imagen pública.