Siniestralidad Vial en Río Negro: Un Llamado a la Conciencia
Un informe reciente de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) revela que Río Negro ha enfrentado 71 muertes viales en los últimos 15 meses, un dato alarmante que despierta una creciente preocupación en la población. Según el análisis, el 57% de estos siniestros fatales ocurrieron en rutas nacionales que atraviesan la provincia. Esto ha llevado a diversos sectores, desde la política hasta asociaciones civiles, a exigir un abordaje más profundo y urgente del problema. La ruta nacional Nº 22 se destaca como la más peligrosa, seguida por la ruta nacional Nº 151. Estas estadísticas no solo reflejan un problema de números, sino una realidad que afecta a familias y comunidades enteras.
Los legisladores provinciales han tomado la delantera en la discusión, solicitando informes técnicos que detallen la situación de las rutas y su estado crítico. La documentación elaborada en conjunto con Vialidad Rionegrina ha sido contundente: baches profundos, falta de señalización y demarcación borrada son solo algunos de los problemas identificados. La gravedad del deterioro ha llevado al Gobierno de Río Negro a plantear acciones judiciales contra el Estado nacional por la falta de inversión en infraestructura vial. Este tipo de iniciativas podrían ser un paso vital hacia la mejora de las condiciones de las rutas, que, según afirman expertos y autoridades, son inadecuadas para las velocidades permitidas.
El contexto nacional no es más alentador, ya que en 2024 se registraron 4.027 muertes por siniestros viales en todo el país. El informe de la ANSV indica que el 52% de estas muertes ocurrieron en rutas y que la franja horaria más crítica, con mayor índice de accidentes, se concentra entre las 18 y las 21 horas. Esta coincidencia con el cierre de la jornada laboral resalta la necesidad de una mayor vigilancia y control, como demostró el uso de radares en la ruta 151, que logró reducir a cero los accidentes en algunos tramos. Con un 84% de las víctimas mortales siendo hombres y un alarmante 46% de los fallecidos circulando en motocicleta, la combinación de infraestructura deficiente y comportamiento del conductor se configura como una verdadera crisis que requiere atención inmediata.