El Nuevo Enfoque del Gobierno para la Formación de Jóvenes
El Gobierno nacional, a través del Decreto 372/2025, ha marcado un hito importante en la modernización del Servicio Militar Voluntario, una iniciativa que busca no solo actualizar el régimen militar, sino también ofrecer a los jóvenes una valiosa oportunidad de finalizar sus estudios y aprender oficios en un entorno estructurado. Este esfuerzo busca responder a las demandas actuales del país, donde se percibe la necesidad de formar ciudadanos más educados y preparados para enfrentar los retos del mercado laboral. Con la educación como eje central de esta reforma, se espera que los jóvenes entre 18 y 28 años, al ingresar a las tropas voluntarias, puedan completar su educación secundaria, llenando así un vacío que muchas veces se traduce en un menor acceso a oportunidades laborales.
El Ministerio de Defensa, liderado por el ministro Luis Petri, está trabajando en creatividad para desarrollar un plan estratégico que integre la formación académica con las actividades militares. Este enfoque busca que, mientras los soldados cumplen con su deber, también tengan la posibilidad de seguir aprendiendo y creciendo en el ámbito educativo. "Esta integración es crucial”, ha afirmado Petri, subrayando que la educación y la carrera militar deben ser vistas como aliados, no como adversarias. Al priorizar la formación de jóvenes con capacidades académicas y habilidades, el gobierno no solo está pensando en el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas, sino en la construcción de un futuro más prometedor para cada joven que se incorpore al servicio.
Por otro lado, el proceso de admisión se ha vuelto más riguroso, exigiendo que los candidatos tengan completada la educación primaria y superen pruebas psicofísicas y un curso de admisión que dura de 10 a 12 semanas. A quienes deseen continuar después de dos años, se les pedirá demostrar aptitud académica y un interés genuino en permanecer en el servicio. Bajo la visión del presidente Javier Milei, se espera que esta transformación no solo mejore la capacidad de defensa del país, sino que también aporte al bienestar social, destacando el papel de las Fuerzas Armadas en emergencias y situaciones críticas. Esta reforma no es simplemente un cambio administrativo, sino una promesa de un futuro donde la educación y el servicio cívico van de la mano.