Un logro trascendental en la ingeniería aeroespacial
Un grupo de diez estudiantes del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) ha llevado el nombre de Argentina a lo más alto del campeonato mundial de ingeniería aeroespacial. Este certamen, denominado CanSat Competition y avalado por la NASA, tuvo lugar en Virginia, Estados Unidos, y reunió a equipos de prestigiosas universidades de todo el mundo. En esta edición, 40 equipos fueron seleccionados como finalistas, de los cuales la mitad provenían de universidades estadounidenses. Sin embargo, fueron los estudiantes del ITBA los que se destacaron con un innovador proyecto, logrando el primer lugar y convirtiéndose en el único representante argentino en esta competencia.
El equipo estaba conformado por Santiago Bolzicco, Ezequiel Bozicco, Micaela Perillo, Rafael Dalzotto, Emanuel Albornoz, Agustín Pilotto, Daniela Maradei, Thomas Marthi, Santino Agosti y Agustín Martínez. Todos ellos están sumergidos en diversas disciplinas de ingeniería—mecánica, electrónica, industrial, informática y bioingeniería—y su trabajo en equipo fue fundamental para alcanzar este éxito. Se especializaron en áreas clave como estructuras, hardware, software y operaciones, lo que les permitió desarrollar un sofisticado picosatélite. Según Agustín Martínez, la misión consistía en construir un satélite que contara con telemetría en tiempo real y un sistema de autogiro, entre otros elementos innovadores.
La competencia no solo evaluó la calidad del diseño, sino también la habilidad del equipo para enfrentar cada fase del proyecto, desde el diseño conceptual hasta las pruebas de vuelo. El dominio del análisis de datos y la capacidad de presentar resultados de manera efectiva fueron esenciales para su triunfo. Este logro no solo resalta el talento argentino en el ámbito tecnológico, sino que también reafirma la importancia de la CanSat Competition, apoyada por reconocidas entidades como Lockheed Martin y el U.S. Naval Research Laboratory. La participación en esta competencia pone de manifiesto el potencial de los jóvenes argentinos en la ingeniería aeroespacial y su compromiso con la innovación.