La marcha por la educación pública: un acto de compromiso en medio del frío
El pasado jueves, Bariloche vivió una movilización en apoyo a la universidad pública, aunque con una asistencia notoriamente menor en comparación con manifestaciones anteriores. A pesar de la intensa sensación térmica, que rondaba los grados bajo cero, alrededor de doscientas personas se congregaron en la esquina de Moreno y Onelli para marchar hacia el Centro Cívico. Este tipo de manifestaciones, que antes habían llenado la plaza emblemática de la ciudad, esta vez dejaron una sensación de vacío y preocupación entre los asistentes. Los motivos de esta merma en la concurrencia pueden ser diversos: desde las inclemencias del tiempo hasta la posible fatiga del público respecto a un tema tan sensible como la educación.
A lo largo de la marcha, se hicieron sentir los reclamos, especialmente contra el gobierno actual y su postura hacia la educación pública. Los cánticos abarrotaban el aire frío, enfatizando la urgencia de proteger el acceso a una educación gratuita y de calidad, y una pancarta contundente proclamaba que "La universidad pública resiste, educa y se defiende". El vicerrector de la Universidad Nacional de Río Negro, Diego Aguiar, expresó la necesidad de discutir una ley de financiamiento universitario, señalando que la discusión legislativa del año anterior no había tenido un desenlace favorable, ya que el presidente vetó la propuesta. Los problemas financieros han continuado, afectando tanto el funcionamiento de las instituciones como los salarios de docentes y no docentes, quienes han experimentado una notable caída en su poder adquisitivo.
El impacto de la crisis en la educación superior quedó claro cuando Aguiar reveló que muchos docentes universitarios se están viendo obligados a buscar empleos alternativos debido a la desmejora de sus salarios en comparación con los docentes de secundarias que, a pesar de las dificultades, ofrecen mejores remuneraciones. Este fenómeno de "pluriempleo" genera preocupaciones sobre la calidad de la enseñanza y la investigación, evidenciando cómo la situación del ámbito educativo, que debería ser un pilar fundamental del desarrollo social, se encuentra en peligro. La manifestación del jueves fue, sin duda, un reflejo del compromiso de muchos por un futuro mejor para la educación en Argentina, pero también pone de relieve la urgencia de un diálogo efectivo que permita encontrar soluciones a estos desafíos.