El brutal ataque que conmocionó a Ciudad Jardín El Libertador
La madrugada del 28 de agosto de 2025 vivió un desconsuelo indescriptible en Ciudad Jardín El Libertador, partido de San Martín, Buenos Aires. Ana Clara Luna, una mujer de 31 años y madre de varios hijos, fue víctima de un ataque brutal por parte de su ex pareja, Á.G.. Este trágico suceso, que dejó una huella imborrable en la comunidad, tuvo lugar en presencia de su actual pareja y seis testigos, quienes fueron impactados por la violencia desatada en minutos que parecieron eternos.
La secuencia del horror: un ataque a plena luz del día
Todo comenzó cuando Ana Clara estaba en compañía de su nuevo novio, en la intersección de El Ombú y Clavel. Alrededor de las 4:30 a.m., su ex pareja apareció y, tras un intercambio de palabras, la situación degeneró rápidamente. Movido por los celos, Á.G. roció a Ana con un líquido inflamable y, en un acto que dejó horrorizados a todos los presentes, la prendió fuego con un encendedor. Las cámaras de seguridad del área captaron este terrible momento, brindando una evidencia desgarradora del crimen. Ana, envuelta en llamas, corrió desesperadamente hasta caer al asfalto, donde los testigos y su pareja intentaron apagar el fuego y brindarle ayuda.
Consecuencias fatales y el trasfondo de la violencia de género
Ana fue trasladada al Hospital Fleming y, debido a la gravedad de sus lesiones, fue remitida al Hospital Diego Thompson. A pesar de los esfuerzos médicos, la joven falleció horas más tarde, dejando atrás no solo un vacío en su familia, sino también un grito silencioso sobre la violencia de género. Este caso es un fuerte recordatorio de cómo muchas víctimas, como Ana, enfrentan el horror de situaciones de abuso sin haber realizado denuncias previas. A pesar de tener hijos en común con su agresor, Ana no había formalizado ninguna denuncia, lo que resalta la complejidad y el miedo que enfrentan muchas mujeres al intentar escapar de relaciones tóxicas.
La fiscalía de San Martín investiga las circunstancias que rodearon este crimen, prestando especial atención a los problemas de consumo de sustancias que afectan tanto a la víctima como a su victimario. La inminente necesidad de mecanismos de protección efectivos para las víctimas de violencia de género se torna más evidente ante esta tragedia, planteando un claro llamado a la acción en la sociedad para abordar este problema persistente.
