Aumento de impuestos a combustibles: el nuevo enfoque del gobierno de Javier Milei
El reciente aumento de impuestos a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono, anunciado por el gobierno de Javier Milei, ha generado un revuelo en la sociedad argentina. Este ajuste se implementa en un contexto inflacionario abrumador, donde las petroleras trasladan este incremento de forma automática a los precios que pagan los automovilistas en surtidor. La medida, considerada como parte de un plan más amplio para aliviar la presión económica, crea una nueva dinámica en el precio de los combustibles, que ya de por sí es un tema sensible para la población. El Decreto 929/2025, que incluye la firma del presidente y su gabinete, busca gestionar estos cambios de manera gradual, intentando evitar picos abruptos en los precios y su efecto sobre el índice de inflación reportado mensualmente por el Indec.
A diferencia de ajustes anteriores que se aplicaban de manera más directa, esta vez el gobierno ha optado por un enfoque segmentado que intenta amortiguar el impacto inmediato en el consumidor. La Ley 23.966 establece montos fijos que se aplican trimestralmente para la nafta y el gasoil, ajustados según el Índice de Precios al Consumidor. Sin embargo, a lo largo de los años, la implementación de estos incrementos ha sido pospuesta, dificultando así el panorama para las petroleras y los conductores. Las subidas previstas para 2024 y parte de 2025 han quedado incompletas, lo que lleva a que el gobierno planifique un aumento parcial en enero de 2026. Este ajuste contemplará 17,291 pesos por litro para la nafta y 14,390 pesos para el gasoil, una cifra que, aunque escalonada, podría tener un efecto notorio en el bolsillo de los ciudadanos.
Además, es importante señalar que las localidades de la región patagónica seguirán disfrutando de un régimen impositivo reducido. Este mecanismo se reconoce como una herramienta clave para afrontar las dificultades logísticas que enfrentan estas zonas, marcadas por grandes distancias y condiciones meteorológicas desfavorables. La intención del gobierno parece ser la de equilibrar el desarrollo regional mientras maneja un entorno económico complicado. Así, la estrategia adoptada refleja una doble intención: tratar de combatir la inflación sin olvidarse de las particularidades que enfrenta cada región del país.
