La vida artística de Sergio Lerer: Un legado imborrable
Este lunes, Argentina se despidió de uno de sus íconos más queridos y versátiles del espectáculo: Sergio Lerer. A los 76 años, su fallecimiento generó una gran conmoción en el mundo del arte y dejó un vacío en la comunidad judía argentina. La Asociación Argentina de Actores, en un emotivo comunicado, destacó su extensa trayectoria en teatro, cine, y televisión, así como su papel como promotor de la cultura judía. Con un recorrido que vinculó el arte con la enseñanza, Lerer ganó un lugar especial no solo en la escena cultural, sino en el corazón de sus colegas y del público.
Nacido en 1948 en una familia de artistas, Sergio Lerer creció inmerso en el arte. Desde pequeño, se sintió atraído por el teatro y la música, participando en el circuito de obras en ídish y formándose en el grupo filodramático del “TES”. A lo largo de su carrera, acumuló una impresionante cantidad de roles en producciones tanto nacionales como internacionales. Entre sus destacadas participaciones en televisión se encuentran series populares como Los Simuladores y Casados con hijos, y en cine, dejó su huella en films como Siete años en el Tíbet y Evita. Su amplia trayectoria no solo habla de su talento actoral, sino de su admirable capacidad para conectarse con diferentes públicos y géneros.
Pero más allá de su faceta como actor, Lerer también se destacó por su compromiso con la cultura. Era un apasionado de la enseñanza y un ferviente divulgador del teatro y la música judía. En entrevistas, compartía su satisfacción por poder llevar una vida que conjugaba su amor por el psicoanálisis, la actuación, y la enseñanza. Reconocía su gusto por el canto en ídish, señalando que su alma residía en esa lengua, y relataba anécdotas de su juventud que reflejan su espíritu libre y curioso. La huella que dejó en la escena cultural argentina es un testimonio de su sensibilidad artística y su deseo de transmitir emoción y conocimiento a través de su multifacética carrera.