La Casa de Campo de Mauro Icardi y la China Suárez: Un Refugio Cálido en Uruguay
Mauro Icardi y la China Suárez han hallado en una encantadora casa de campo en Carmelo, Uruguay, un lugar ideal para disfrutar de su relación lejos del bullicio urbano. Durante el fin de semana del Día del Padre, decidieron escapar junto a amigos tras recibir la actriz amenazas en redes sociales y por la reciente decisión del futbolista de no pasar el día con sus hijas. Este refugio, diseñado por la talentosa Natalia Antolín, no solo es un espacio para relajarse, sino también un sitio cargado de historia para la China, quien celebró momentos importantes de su vida en este lugar. El estilo rústico y acogedor se refleja en cada rincón, destacándose una sala con paredes rojas, una chimenea central y una iluminación que brinda calidez y confort.
El interior de esta casa de campo es una mezcla perfecta de comodidad y estilo campestre. Muebles acogedores, como sofás cubiertos con mantas tejidas, invitan a disfrutar de largas charlas y momentos de relax. A su vez, el diseño respeta la antigüedad del lugar, con pisos de piedra y muros de ladrillo que refuerzan esa sensación de solidez y conexión con la naturaleza. Las profundidades de las paredes rojas, la alfombra blanca sobre el suelo de madera y pequeños detalles decorativos crean una atmósfera íntima, ideal para distenderse. Además, la disposición de los objetos, como una mesa ratona con libros y flores frescas, suman un toque personal que transforma cada espacio en un verdadero refugio.
El exterior no se queda atrás y complementa la experiencia de vivir en contacto con la naturaleza. Los senderos de losas que cruzan el terreno llevan a un entorno de árboles frutales, destacándose los naranjos y limoneros, creando un panorama que invita a disfrutar del aire libre. La zona social, pensada para compartir momentos con amigos, cuenta con un área de piso embaldosado rodeado de sillas de hierro y bancos de cemento, perfecta para disfrutar de fogatas y veladas al aire libre. La galería exterior, con su piso ajedrezado, también ofrece un rincón especial para contemplar el paisaje mientras se comparte una buena charla. Todo en esta propiedad parece estar diseñado para realzar la paz y el bienestar, haciendo de la casa de Mauro y la China un verdadero hogar.