La crítica situación de las Rutas Nacionales en Río Negro
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, ha denunciado una alarmante situación en las Rutas Nacionales 22, 23, 40 y 151. Muchas de estas vías estratégicas tienen obras paralizadas, carecen de mantenimiento y hay tramos que son casi intransitables. Esta realidad no solo afecta la seguridad de quienes circulan por ellas, sino que también repercute negativamente en la conectividad de la región y en su desarrollo productivo, turístico y social. En este contexto, el legislador provincial Facundo López también se expresó, enfatizando que la falta de atención desde Buenos Aires genera un riesgo latente para la comunidad y lamentando que las decisiones tomadas en la capital parecen desentenderse de las necesidades del interior.
López destacó que la situación no es nueva, pues la Ruta 23, por ejemplo, sigue esperando su finalización. Según su testimonio en el programa "Chocolate por la Noticia", la licitación de corredores viales parece centrarse en rutas cercanas a la capital, dejando de lado las que realmente necesitan atención urgente. Además, el legislador subrayó que de cada 100 pesos que los rionegrinos aportan en impuestos, solo 38 vuelven a la provincia, lo que limita gravemente la capacidad del gobierno provincial para satisfacer las necesidades locales en cuestión de rutas, educación y salud. La falta de recaudación destinada a Vialidad complica aún más la situación, ya que esos fondos deberían ser utilizados en el mantenimiento de estas importantes arterias.
Otro punto crítico que López abordó es el impacto directo del estado de las rutas en el turismo y la economía en general. La Ruta Nacional 40, vital para el desarrollo turístico de Bariloche y El Bolsón, necesita ser segura y transitable para poder atraer visitantes y fomentar el crecimiento económico. De igual manera, las rutas 22 y 151 deben ser finalizadas y mejoradas, ya que el crecimiento previsto de Vaca Muerta requiere una infraestructura adecuada para el transporte de productos. Con un deterioro generalizado y la interrupción de obras, el riesgo no solo radica en la ineficiencia logística, sino también en la seguridad de todos los rionegrinos que dependen de estas rutas día a día.