El Drama de un Turista Brasileño: Robo y Frustración en Bariloche
Un turista brasileño, Álvaro Figueiredo, vivió una experiencia angustiante durante su visita a Bariloche. En un lamentable episodio que comenzó el 13 de junio, se convirtió en víctima de un robo. A pesar de conocer la ubicación de sus pertenencias, que incluían dinero en efectivo, medicamentos y documentos, no pudo recuperarlas. La situación se volvió aún más frustrante al comprender que, sin una orden judicial, la policía no podía intervenir, lo que lo llevó a abandonar la ciudad con una profunda sensación de tristeza.
La Insólita Ubicación del Botín
El robo ocurrió en las cercanías de un conocido local gastronómico, en Villegas, entre Moreno y Elflein. Desconocidos rompieron la cerradura de su vehículo de alquiler, un Renault Logan, y sustrajeron un bolso con pertenencias personales. Lo inquietante del caso es que Figueiredo pudo rastrear la ubicación exacta de su bolso gracias a una etiqueta de localización. Sin embargo, cuando se presentó en la comisaría del Centro Cívico, los agentes le explicaron que no podían hacer nada sin la orden de un juez para entrar a la vivienda donde se encontraba su botín, ubicada en calle Monteverde al 1400, San Francisco III.
La Indiferencia Institucional
A lo largo de su odisea, Figueiredo tuvo que enfrentarse a la negativa de la policía a actuar. Después de un primer intento, regresó al sitio del robo con tres azafatas que lo acompañaron, pero el resultado fue el mismo: la falta de acción policial. "La primera noche, vi a la policía reírse de mi situación", compartió indignado. Además, según le informó un efectivo, los ocupantes de la vivienda donde se hallaba la señal del bolso ya eran conocidos por su historial delictivo. Esta sucesión de eventos convirtió su viaje en una experiencia amarga, remarcando que no solo el robo fue doloroso, sino también la indiferencia que encontró en las autoridades.
El viaje de Figueiredo lo llevó finalmente a Buenos Aires, donde busca gestionar un nuevo pasaporte en el consulado brasileño. Aunque el turista se lleva consigo una experiencia desafortunada, queda la interrogante sobre cómo un sistema judicial puede obstaculizar la recuperación de pertenencias evidentes en un caso tan claro.