La llegada de Susana Giménez al Teatro Lola Membrives
A pesar del frío que cubre Buenos Aires, la eterna diva de la televisión argentina, Susana Giménez, decidió dejar su cálido hogar para asistir a la función de Rocky en el emblemático teatro Lola Membrives. La obra, protagonizada por Nico Vázquez, atrajo no solo a un público ansioso por disfrutar de la actuación, sino también a la prensa, que no perdió la oportunidad de abordar a Susana sobre los temas más relevantes del momento. Con su característico carisma, la conductora saludó a sus fans, posando para fotos y compartiendo sonrisas, aunque no sin cierta inquietud ante las preguntas que le realizaron.
Los periodistas estaban particularmente interesados en la reciente separación de Nico Vázquez y Gimena Accardi. Cuando un periodista de LAM le preguntó a Susana si la noticia le había impactado, su respuesta fue directa y evasiva a la vez: “¿Ahora quieren hablar de eso? No me voy a meter en eso”. La diva se mantuvo firme, señalando que no podía ofrecer consejos a la pareja en este complicado contexto. Su elegancia y tacto fueron palpables, mostrando que, aunque se encuentra en el ojo del huracán mediático, prefiere no involucrarse en los dramas ajenos.
Además de la polémica en torno a Vázquez, Susana también externó su opinión sobre otros temas de actualidad. Entre risas y gestos de incredulidad, se refirió al regreso televisivo de Mario Pergolini, con quien mantiene una relación tensa. “Jamás lo veré, me odiaba, hablaba siempre mal de mí”, se despachó, dejando clarísima su postura. Y cuando el periodista indagó si alguna vez sería invitada a su programa, Giménez fue contundente: “No, hasta que pida perdón de rodillas”. Pero no todo fue controversia; al despedirse, la diva lanzó un mensaje de paz, instando a la gente a dejar de lado las agresiones en todos los ámbitos, algo que resonó profundamente entre sus seguidores al final de la noche.
