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La comunidad educativa de la Escuela para Jóvenes Nº 3 llevó a cabo un abrazo simbólico y exige regresar al edificio.

Lectura Obligada

La Escuela Secundaria para Jóvenes Nº 3: Un Abrazo a la Esperanza

La comunidad educativa de la Escuela Secundaria para Jóvenes Nº 3, ubicada en Ruiz Moreno 270, ha enfrentado un desafío significativo desde el incendio que devastó su edificio en marzo. Este incidente, provocado por un mal funcionamiento de un calefactor, ha obligado a estudiantes y docentes a trasladarse temporalmente a la ESRN 36. La situación se ha vuelto insostenible, con la población estudiantil descendiendo drásticamente y la introducción de horarios rotativos que dificultan aún más el proceso educativo. En una muestra de unidad y amor por su escuela, miembros de la comunidad realizaron un abrazo simbólico al edificio que les dio refuge en sus inicios, buscando visibilizar la necesidad urgente de regresar a sus aulas.

Desde que comenzó esta "mudanza", la ausencia de un lugar propio se ha hecho sentir profundamente. Paola Galosi, directora de la institución, compartió los retos a los que se enfrentan: “Los estudiantes ahora tienen que tomar dos colectivos, lo que les significa hasta tres horas de viaje para tener una hora y media de clases”. Esta precariedad educativa ha llevado a que en aulas diseñadas para 12 estudiantes, solo asistan entre 5 y 8. La falta de continuidad y estabilidad se traduce en un aumento de la inasistencia, lo que impacta gravemente en el rendimiento académico de los jóvenes, muchos de los cuales tienen entre 16 y 21 años y asisten en turnos tanto de mañana como de tarde.

Las gestiones para restaurar el edificio han sido múltiples, pero aún se requieren inspecciones y reformas que no se han completado. A pesar de haber realizado cambios significativos en las instalaciones eléctricas y de gas, Galosi menciona que “no pasamos las dos inspecciones” exigidas por Camuzzi. La comunidad educativa sigue esperando con ansias la aprobación que les permita regresar a un espacio que consideran su hogar. Mientras tanto, continúan luchando por visibilizar su situación a través de manifestaciones y encuentros, reafirmando su compromiso con la educación y el bienestar de sus estudiantes. La esperanza se mantiene viva mientras trabajan en conjunto para encontrar una solución permanente a su difícil situación.

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